Las ayudas al estudio para personas refugiadas de la US como impulsoras de importantes carreras profesionales

Entrevista a Sergio Granados-Chahín, beneficiario de una ayuda al estudio para personas refugiadas

Sergio Granados-Chahín es un psicólogo hondureño especializado en psicología social y comunitaria, estudios de paz y conflictos y asuntos humanitarios. Sergio fue beneficiario de la 'Convocatoria de Ayudas al Estudio para personas procedentes de áreas geográficas en vías de desarrollo o refugiadas', que en estos momentos se encuentra abierta hasta el 22 de julio del 2020. Desde su lugar de estudios compartió su trayectoria tanto en la investigación así como en la cooperación para el desarrollo. 
 
¿Cómo empezó tu experiencia como alumno y becario de la Universidad de Sevilla?
Mi experiencia como alumno en la Universidad de Sevilla comenzó cuando decidí especializarme en psicología social y comunitaria. Antes de finalizar mis estudios de grado en Honduras, comencé a buscar universidades que ofrecieran programas de máster en estas áreas, y de entre las cuales también se ofrecieran programas de becas. El máster en psicología de la intervención social y comunitaria del departamento de psicología social de la Universidad de Sevilla me pareció un programa interesante al leer sus cursos, además, la Oficina para la Cooperación al Desarrollo de esta Universidad ofrecía becas para cursar programas de maestría. Fue entonces cuando decidí aplicar.

¿Cuál fue el programa de la Oficina de Cooperación en el que participaste? 
El programa de becas al que apliqué fue “Convocatoria de Ayudas al Estudio para personas procedentes de áreas geográficas en vías de desarrollo o refugiadas 2016-17, para cursar estudios en el curso académico 2017-18 y viajé desde Honduras a Sevilla, España.

¿Qué te llevó a involucrarte en la Cooperación al Desarrollo en Honduras?
Mi interés por el trabajo en la cooperación para el desarrollo y el área social apareció cuando estudiaba mi grado en Honduras. Centroamérica es una región profundamente afectada por problemas sociales que varían desde sociedades con consecuencias de guerra civiles, intervenciones militares internacionales, corrupción que se remonta a los períodos de la colonia, pobreza, violencia y crimen organizado que, finalmente, han dado como resultado democracias débiles, con instituciones incapaces de cumplir sus obligaciones en materia de desarrollo, derechos humanos, o derechos civiles y políticos. Los problemas sociales son tan complejos en esta región que me pareció indispensable y virtuoso el papel que la psicología podía ofrecer para ayudar a comprender y solucionar algunos de ellos. Fue entonces cuando me involucré en el trabajo de las organizaciones humanitarias, programas de intervención psicosocial y salud mental basados en la comunidad, y finalmente, en estudios de paz, conflicto y relaciones internacionales.

¿La experiencia de Cooperación al Desarrollo te ha traído logros a nivel profesional? ¿Nos puedes contar cuáles?
Sin duda. Gran parte de mi trabajo en las áreas que he mencionado fueron en proyectos con organizaciones internacionales, transnacionales, o agencias de las Naciones Unidas relacionadas con desarrollo, protección de la infancia, o asuntos humanitarios. Sin duda, la mayor ventaja de estas organizaciones enfocadas en el trabajo en cooperación al desarrollo es su interminable capital social. La naturaleza multicultural de estas organizaciones te deja un abanico de oportunidades para conocer personas que, en mi opinión, es la mayor riqueza que puedes obtener en tu desarrollo personal y profesional. Creo que, hasta el momento, no hay un tema, una duda, una pregunta, un interés específico, que no pueda resolver llamando a alguien en mi lista de personas que he conocido trabajando en este ámbito. La perspectiva integral con la que se trabaja en asuntos de desarrollo, y en mi caso, en asuntos humanitarios, te permite crecer profesionalmente gracias a la diversidad de profesionales que te rodean.

Finalmente, ¿cuál crees que es el mayor reto y aprendizaje experimentado en estos años de estudios? 
El reto más importante es aterrizar los hallazgos de la investigación para impulsar mejoras. Es decir, si hacer un doctorado es hacer investigación para crear conocimiento que puede ser aplicado, los académicos tienen una responsabilidad social de la que no pueden escapar: hacer que la investigación y el conocimiento se aplique y sea aplicado por esos que están fuera del limitado y restringido mundo académico. Lo cierto es que puedes publicar muchos artículos en journals internacionales de alto impacto, pero también sigue siendo cierto que es un muy limitado número de personas que tiene acceso a esos journals, además de estar escritos en una jerga académica que hasta tus mismos colegas no comprenden, haciéndolos aun mas confusos e inaccesibles.

En mi caso, mi trabajo se centra en la mejora de los procesos de coordinación entre organizaciones trabajando en materia de desplazamiento forzado y protección humanitaria, y si para el final de mi investigación nuestros hallazgos no han, al menos, suscitado (provocado) la indagación de cambios (en las practicas, las reformas en políticas publicas, acuerdos inter-organizacionales, implementación de procedimientos basados en la experiencia, el trabajo conjunto, etc.) para que las personas siendo desplazadas puedan acceder a servicios de protección (internacionales, regionales o nacionales), es decir, más personas en riesgo accediendo a sus derechos, nuestra investigación será solo un fichero más en un estante bibliotecario, o un DOI en algún journal electrónico. Creo que ese es el reto más importante que la academia enfrenta en los estudios doctorales, cerrar la brecha (colosal) entre la investigación -para el cambio- y la interminable lista de problemas sociales que requieren acciones, no informaciones.
 

 

Sergio Granados-Chahín actualmente es Asistente de Investigación en un programa de prácticas en el Laboratorio de Redes Personales y Comunitarias de la Universidad de Sevilla. Además, fue consultor de la ONU como científico visitante en el Instituto de Medio Ambiente y Seguridad Humana de la Universidad de las Naciones Unidas en Bonn, Alemania, en el programa GLOMOS, donde desarrolló un proyecto sobre esfuerzos de coordinación humanitaria que brinda protección humanitaria a los desplazados internos en Honduras.