Manifiesto sobre las hablas andaluzas

Con motivo del 40 aniversario de la autonomía, el Grupo de Investigación HUM-134 "El español hablado en Andalucía" ha elaborado un manifiesto sobre las hablas andaluzas.

Día de Andalucía
Día de Andalucía

Con motivo de la celebración el 28 de febrero de 2020 del 40 aniversario de la autonomía andaluza, los miembros del Grupo de Investigación HUM-134 "El español hablado en Andalucía", todos ellos profesores de la Universidad de Sevilla, han elaborado un manifiesto sobre las hablas andaluzas. Se da la circunstancia de que se cumple este año también el 25 aniversario del citado grupo de investigación.

El manifiesto elaborado sobre el habla andaluza es el siguiente:

El 28 de febrero y la identidad lingüística andaluza

La Andalucía actual muy poco tiene que ver con la de mediados del siglo pasado, cuando se gestó la obra fundacional de la dialectología andaluza: el Atlas Lingüístico y Etnográfico de Andalucía (ALEA).

Desde la Transición a la actualidad, la sociedad andaluza se ha hecho más compleja y heterogénea debido a su imparable desarrollo económico, social y cultural, pero también debido a los flujos migratorios internos del campo a la ciudad y al asentamiento de forma permanente en la región de un elevado número de personas procedentes del resto de España, de Europa y de otras partes del mundo. Igualmente, los andaluces se han hecho más presentes y decisivos fuera de su propia comunidad y de su país. Todo ello se refleja en una relación más positiva de los andaluces con sus formas de hablar y de actuar y, consecuentemente, está repercutiendo en la mejor imagen que se proyecta hacia el exterior.

No obstante, este cambio de tendencia no es para echar las campanas al vuelo, de ahí que cuando se cumple el 40º Aniversario de la Autonomía Andaluza, sea un buen momento para alertar sobre lo persistente de ciertas creencias e ideas preconcebidas, tanto en la propia Andalucía como fuera de la región, ya que dificultan la comprensión social de la variación lingüística de los andaluces e impiden el cabal  (re)conocimiento de esa realidad tan compleja a la que llamamos las hablas andaluzas.

Por esta razón, los miembros del grupo de investigación El español hablado en Andalucía (HUM-134), de la Universidad de Sevilla, tras culminar durante 25 años varios Proyectos de Investigación (actualmente trabaja en  La construcción histórica y proyección social de la imagen del habla andaluza) y haber dado a la luz publicaciones como El español hablado en Andalucía (1998), La identidad lingüística de Andalucía (2009), Conciencia y valoración del habla andaluza (2013), quiere dejar constancia de algunos hechos que no por conocidos deben dejar de expresarse claramente:

  1. Los andaluces hablan con sus propias formas lingüísticas y escriben con la misma escritura con que escriben los cientos de millones de hispanohablantes
  2. Lo más distintivo y evidente de los andaluces se encuentra en la prosodia y en la pronunciación. La gramática no presenta apenas diferencias y el vocabulario de uso más frecuente es de carácter global y panhispánico.
  3. La identidad lingüística de los andaluces se percibe en su conjunto vinculada a ciertos rasgos fonéticos, pero dicha percepción está orientada y es estereotípica, pues no hay ningún rasgo fonético que compartan todos los andaluces o que sea exclusivo de Andalucía: algunos de ellos, como el seseo/ceceo, sí se gestaron en Andalucía.
  4. En términos estrictamente lingüísticos no cabe hablar de hábitos articulatorios mejores o peores. Pero se constata que el grado de aceptación social no es igual para todos: unos carecen de prestigio interno y marcan socialmente a los hablantes dentro y fuera de Andalucía.
  5. La variedad y heterogeneidad del léxico es patrimonio histórico y colectivo de todo ese conjunto de hablas, pero esta evidencia no debe ser confundida con riqueza expresiva de los andaluces.
  6. La competencia idiomática y comunicativa pertenece a cada uno de los individuos, entre los que hay notables divergencias (sean o no andaluces). Por tanto, no es extensiva ni a las lenguas ni a los geolectos de una lengua.
  7. El grado de instrucción alcanzado por cada individuo (y no vinculado necesariamente al nivel de enseñanza) repercute gradualmente tanto en el caudal de expresiones que este posee como en su posibilidad de elección dentro de una extensa y variada gama de construcciones y modelos discursivos que son requeridos para construir mensajes precisos, apropiados y eficaces en cada situación de comunicación.
  8. El progreso de esa competencia comprensiva y expresiva no está vinculado a unas u otras pronunciaciones, pero puede reflejarse en la modificación o abandono de ciertos rasgos carentes de prestigio social (también, claro, en su mantenimiento).
  9. Es un hecho constatable que cualquier iniciativa o campaña encaminada a implementar la normalización o estandarización de un uso idiomático solo podrá influir en el comportamiento colectivo de los ciudadanos cuando estos comprueben las ventajas que esos cambios les aportan en los intercambios verbales y en sus objetivos comunicativos. Solo si hay valoración colectiva de cualquier novedad o modificación en la conducta idiomática se podrá adoptar libremente.
  10. Los andaluces, al igual que los hablantes de cualquier variedad lingüística, mantienen lazos afectivos con sus formas de lengua materna, pero no hay ninguna razón objetiva para que sientan más orgullo de su variedad que otros hispanohablantes. Tampoco la hay para que se experimente ante ella desapego o minusvaloración.

Universidad de Sevilla: Grupo de Investigación El Española Hablado en Andalucía (HUM-134)