Exposición de grabados 'Goya. Los desastres de la guerra'

La Biblioteca de la Universidad de Sevilla muestra, por primera vez, el excepcional ejemplar que posee de la primera edición de la serie, realizada en 1863

Con razón o sin ella
Con razón o sin ella

A través de esta muestra, la Biblioteca de la Universidad de Sevilla expone además una selección de la edición facsímil que hizo la Editorial Planeta a partir de los originales del Museo del Grabado de Fuendetodos.

La exposición de grabados 'Goya. Los desastres de la guerra'  permanecerá abierta al público del 25 de febrero al 30 de junio de 2020.

 

La primera edición de 'Los desastres de la guerra'

La guerra de la Independencia supuso una convulsión para España y para la sensibilidad de Goya. Son las fuentes documentales escritas las que aportan el conocimiento de los hechos pero también las fuentes gráficas y entre ellas, tiene primordial interés, los llamados "Desastres de la Guerra".

En octubre de 1808, al retirarse las tropas francesas, después del primer sitio a la ciudad de Zaragoza, Palafox llama a Goya para que recoja escenas e impresiones de lo que allí ha sucedido. Goya -con sesenta años de edad- se traslada a la ciudad y en el viaje contempla desolado las consecuencias de la contienda.

 A partir de 1810 realiza las ochenta y dos planchas de la serie conocida como “Los desastres”, pero que inicialmente iba a denominar: «Fatales consecuencias de la sangrienta guerra en España con Buonaparte. Y otros caprichos enfáticos».  La Real Academia al cambiar el título buscaba la filiación con "Les Miséres et les Malheurs de la Guerre” publicada en París en 1633 por Jacques Callot, que era ya un referente universal. Además de las estampas de la guerra, había grabado sus famosos Caprichos, de manera que resulta más evidente el paralelismo entre ambos artistas.

Goya graba las planchas y realiza las pruebas de estado en 1810 pero ante las adversas circunstancias políticas que atravesaba el país prefirió esconder los cobres. Algunas pruebas de estado y tres ejemplares completos, uno de ellos el que regaló a su amigo, Juan Agustín Ceán Bermúdez -actualmente en el British Museum-, son las estampas conservadas anteriores a la primera edición.

En cuanto al itinerario de los cobres, a la salida de Goya hacia Francia permanecieron en la Quinta del Sordo, pasando en 1828 a ser propiedad de su hijo Javier, quien los conservó guardados en cajas hasta su muerte, ocurrida el 12 de marzo de 1854. Las heredó el nieto del pintor, Mariano Goya, que pronto los malvendería, yendo a parar a manos del industrial madrileño Román Garreta. Hasta aquí las noticias son meras conjeturas –aunque con fuertes visos de verosimilitud–, puesto que no hay ningún documento que las avale fehacientemente. Es a partir de 1856 cuando Jaime Machén Casalins presenta una oferta al Ministerio de Fomento que no prosperó. No fue hasta el año 1862 que la Real Academia de San Fernando adquirió los ochenta primeros. En 1870 Paul Lefort dona a la Academia dos nuevas láminas hasta completar el total de las ochenta y dos que forman la serie, estas últimas no recogidas en la 1ª ed. de 1863. Actualmente se encuentran en La Calcografía Nacional donde se expone con carácter permanente una selección en el Gabinete Francisco de Goya.

Con motivo de esta exposición, la Biblioteca de la Universidad de Sevilla -poseedora de un ejemplar excepcional de la primera edición- pone en línea la digitalización de esta magnífica obra, a través de esta exposición virtual y de la exposición presencial en la que presentamos también,  junto a la valiosa edición encuadernada, la posibilidad de ver todos los grabados de la serie en una excelente edición facsímil custodiada también en nuestro fondo antiguo.

 

 
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