El Proyecto Solidaris potencia una visión inclusiva de la formación universitaria

En el encuentro final del Proyecto Solidaris, celebrado recientemente, se ha potenciado una visión inclusiva de la formación universitaria

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Desde la Unión Europea, a través de los programas Erasmus+, favorecen la posibilidad de que profesionales, estudiantes y PAS de diferentes países, e incluso continentes, puedan construir modos de trabajo y espacios de encuentros encaminados a la formación de una ciudadanía activa, participativa y con valores democráticos y de justicia social.

En el encuentro final del Proyecto Solidaris, celebrado recientemente, se ha potenciado una visión inclusiva de la formación universitaria. "Este encuentro final no es un cierre sino una apertura de nuevos horizontes y posibilidades", en palabras de la investigadora Dolores Limón.

En dicho proyecto han estado implicadas las Universidades UNTREF, USAL, Argentina; U. Paraibas y Pernanbuco, Brasil; U. Viña del Mar y U. Austral de Chile; U. Bielefeld de Alemania, U. de Lisboa, Insti. De Educación de Portugal, U. Roma Tre de Italia y U. de Sevilla, como coordinadora del proyecto.

"En el transcurso del proyecto hemos sentido la necesidad de acercarnos con otra mirada a la realidad tanto personal como social, una mirada donde lo público, lo común son los ejes vertebradores de lo individual y de la creatividad social. Hablamos, por tanto, de la creación de redes desde la empatía y el cuidado de uno mismo y del otro.
En este proceso creativo y de formación se ha potenciado la corresponsabilidad como modo de relación y como hemos dicho anteriormente de atender las necesidades de las demás personas. Podemos decir con cierta satisfacción que todas las personas que han participado se sienten como una familia, de hecho, nos reconocemos como la “familia Solidaris'", agrega la profesora de Ciencias de la Educación Dolores Limón.

En el siglo XXI, la complejidad de las relaciones y los cambios vertiginosos, que la pandemia ha acelerado, han puesto de manifiesto como las personas siguen necesitando, más que nunca, establecer complicidades desde los sentimientos y emociones y esto nos hace más afectivos y efectivos en la resolución de los distintos problemas con los que nos encontramos. "¿Las instituciones universitarias favorecen este modo de formación? Necesitamos instituciones formativas, comprometidas con la inclusión, la diversidad y el compromiso social, que potencien una formación académica que responda a las necesidades de las personas y de la sociedad.  Las emociones, la afectividad, lo público y común han de ocupar el centro de la formación", concluye la investigadora de la US.

Desde este proyecto se han creado redes de formación y trabajo que seguirán funcionando, desde el compromiso y la ilusión de participar en la creación de un mundo mejor, donde el respeto, la libertad, la inclusión y el reconocimiento de sí mismo y de cada persona faciliten la mejora de la calidad de vida.